En mi modesta opinión. Balance del año de Linux y el código abierto
Se acerca fin de año y es momento de hacer balance. Por supuesto que esto es muy subjetivo y me gustaría leer las opiniones de mis compañeros y las de ustedes. Pero, en mi modesta opinión estos son los hechos destacados en lo que se refiere a Linux y el código abierto.
No voy a caer en todos los lugares comunes sobre el 2020. Cada uno de ustedes sabe como le fue. Simplemente voy a dar una definición en tres palabras: Otra oportunidad perdida.
En mi modesta opinión. Otra oportunidad perdida
De un día para el otro, personas, instituciones y empresas se vieron obligadas a trabajar en modo virtual. Y, la mayoría optó por una solución privativa: Zoom. Tanto David Naranjo como yo nos ocupamos de esta plataforma.
David nos contó que cientos de miles de cuentas de usuarios de Zoom habían sido vendidas en la deep web y en foros de hackers mientras que yo me ocupé de los cuestionamientos de la fiscalía de Nueva York a la empresa por no responder a las quejas por su manejo de la privacidad de los usuarios entre otros problemas.
Había muchas alternativas de código abierto y nos ocupamos de algunas de ellas; Riot, Rocket Chat, Apache OpenMeetings y Jitsi. Todas ellas eran mucho mejores en cuanto a privacidad y costos, pero su configuración requería más tiempo. Aunque Jitsi brinda la posibilidad de tener reuniones personales en sus servidores de forma gratuita.
Quiero destacar a muchos usuarios y comunidades que montaron sus propios servidores y lo pusieron a disposición de otras personas.
El mismo caso se dio con plataformas educativas en la cual se optó por productos privativos de dudoso respeto por los usuarios en lugar de soluciones opensource confiables.
De alguna forma siempre nos pasa lo mismo. Teníamos los productos que la sociedad necesitaba y no supimos ofrecerlos.
Las redes y la verdad
Este año se dieron dos fenómenos. Por un lado una enfermedad muy contagiosa, la COVID-19 que es mortal para grupos específicos de la población y llevó al límite la capacidad de las instalaciones sanitarias. Y, por el otro un gigantesco experimento social en el que gobiernos, medios de comunicación y otros factores de poder intentaron recuperar la influencia que habían perdido a manos de Internet y las redes sociales.
Mientras que algunos gobiernos y teóricos de la conspiración restaban importancia a la pandemia, otros junto a los medios masivos de comunicación presentaban un escenario apocalíptico. En el medio, profesionales de la salud, especialistas en estadística y personas interesadas utilizaron los datos públicos y herramientas de código abierto para separar la verdad de las mentiras y lo compartieron en las redes.
Gobiernos contra tecnológicas
Se viene un cambio de gobierno en Estados Unidos, sin embargo, tanto demócratas como republicanos están de acuerdo en que las grandes tecnológicas están abusando de su posición dominante y deberán hacer ajustes. La vicepresidente electa Kamala Harris le hizo pasar un mal momento en el congreso a Mark Zuckerberg y es una firme defensora de los derechos de los usuarios.
Aunque no me gusta demasiado la intervención estatal, lo cierto es que las prácticas comerciales de las grandes tecnológicas son de terror. Escribí sobre el tema en dos artículos.
Lo de las prácticas cuestionables de las empresas tecnológicas no es solo un mal occidental. La Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos determino excluir a ZTE y Huawei como proveedores de la red de comunicaciones del país. Lo hizo después de haber demostrado los estrechos lazos de directivos de ambos con el Ejército Popular y el Partido Comunista Chino.
La distro del año
¿Les dije que este artículo es subjetivo?
Para mi la mejor distribución del año es Ubuntu Studio 20.10. No soy un fanático de KDE Plasma, pero la integración con la distribución multimedia de Ubuntu tuvo un resultado genial. Puede usarse sin problemas como sistema operativo de uso general. David escribió sobre el tema.
La metida de pata del año
En un año confuso no podía faltar mi aporte a la confusión general. Escribí un artículo sobre la historia de la computación tras la Cortina de Hierro. En mi entusiasmo por publicarla agregué la primera foto con derechos libres que tenía la bandera soviética. No me fijé que en lugar de Stalin tenía una caricatura de Stallone.