La muerte del software libre y de código abierto ¿Mito o realidad?
Hace unos días cometí el peor de los pecados. Discutir las enseñanzas de San Richard Stallman. Mi sacrilegio consistió en decir que en la época que estamos viviendo, las cuatro libertades del software libre son irrelevantes.
Las respuestas de los que estuvieron en desacuerdo conmigo fueron descalificaciones personales y amenazas de no leer más el blog. Nadie discutió la afirmación de fondo. La de que las grandes empresas tecnológicas no necesitan tener el monopolio del código para controlar y dominar a sus clientes.
El movimiento del software libre fue creado por programadores para resolver problemas de programadores. Incluso las comunidades de desarrollo de proyectos abiertos fueron organizadas de tal forma en que las contribuciones de código eran más valoradas que las de otra especie. Cuando, la informática se hizo masiva, creando otros problemas como monopolios y falta de privacidad, Stallman y sus seguidores simplemente creyeron que lo que era importante para los desarrolladores iba a ser importante para los no desarrolladores. Se equivocaron.
Facebook, Twitter o WhatsApp están construidas usando en parte herramientas de software cuyo código es abierto. Incluso estas empresas publicaron sus propias librerías. De hecho, existen alternativas de software libre como Diáspora, Mastodon o Signal. Pero, la mayoría de las personas prefieren seguir usando Facebook, Twitter o WhatsApp.
Y prefieren seguir usándolos, porque en lugar de crear un producto para satisfacer el ego de los desarrolladores, fueron creados para responder a necesidades de las personas. Diáspora, Mastodon y Signal llegaron tarde y solo para solucionar cosas que para el público en general no eran prioridades.
En la década del 80, un observador de la industria explicaba por qué los japoneses habían sacado a los suizos tanta ventaja en el mercado de los relojes digitales
Ningún maestro relojero que se precie, mancillaría su obra de ingeniería agregándole calculadora, juegos y una alarma que toque Para Elisa.
Resultó que a la gente le encantaba que un reloj hiciera algo más que dar la hora, y que no le importaba que no durara para toda la vida.
Los desarrolladores de software libre y de código abierto son como los relojeros suizos. Incapaces de pensar más allá de lo que ellos y sus colegas consideran que debe hacer un programa. ¿Se imaginan la reacción de Linus Torvalds si alguien le propone incluir en el kernel algo simplemente porque es divertido?
La muerte del software libre y de código abierto. La visión de Tarik Amr
Tarek Amr es un ingeniero especialista en Machine Learning. Él va más lejos que yo y dice que el software libre y de código abierto está muerto. Lo explica de esta manera:
Nada impide a nadie crear un reproductor de vídeo o música, un editor de fotos o una aplicación de chat bajo licencias libres o de código abierto. En realidad, ya hay muchos de estos creados hace 20 años y se estaban utilizando masivamente. Estos programas todavía existen, la única diferencia es que se perdieron dos cambios importantes; la nube y el acoplamiento entre hardware y software.
Amr señala que la gente prefiere utilizar servicios en la nube como Spotify, iTunes, o Netflix que combinan el reproductor y el contenido en una misma solución eliminando la necesidad de conseguirlo, ordenarlo y almacenarlo.
Con respecto al uso de soluciones de dudosa legalidad como Popcorn Time, el ingeniero sostiene que eso puede servir para las computadoras. Pero, en teléfonos móviles, televisores inteligentes y otros dispositivos donde el hardware y software forman una unidad, se hace cada vez más difícil instalar este tipo de programas
En sus propias palabras
Está claro, por los ejemplos que acabo de mencionar, que aunque las empresas utilizan cada vez más software libre, en la vida diaria de los consumidores todos los programas que se utilizan son de código cerrado.
Pueden enojarse conmigo, con Tarek Arm y con todos los que nos animamos a cuestionar los dogmas de la religión del software libre. Pero, el rey sigue estando en bolas.
Citando de nuevo a Tarek Arm
Está perfectamente bien admitir que las ideas de Software Libre y de Código Abierto están muertas, ya que los ambientes computacionales y los marcos legales en los que fueron creadas también han desaparecido. Lo que importa ahora es que haya nuevos defensores que entiendan la economía de la nube, los marcos legales de hoy en día, y tal vez las tecnologías como el blockchain y los contratos inteligentes, y que se presenten con una alternativa fresca y moderna al software libre.
Yo agregaría que necesitamos proyectos de código abierto que entiendan los deseos y necesidades de los consumidores y sirvan de base para crear servicios y aplicaciones que a la gente le entusiasme utilizar.