Acerca del proyecto OpenVax. Una alternativa a la suspensión de patentes
En los últimos días se está discutiendo la posibilidad de la suspensión de las patentes concedidas a los desarrolladores de las vacunas contra el COVID. Aparentemente se trata de una discusión solo para contentar a medios de comunicación y activistas. Difícilmente logre la aprobación del Congreso de Estados Unidos y, mucho menos la unanimidad de la Organización Mundial de Comercio.
¿Es una buena idea?
Hay quien sostiene que es una idea peligrosa. Estas personas afirman que si se obliga a los laboratorios a una cesión de patentes, para encontrar cura a la próxima pandemia vamos a depender de los laboratorios rusos y chinos (De fuerte dependencia estatal) porque ninguno occidental se va a tomar la molestia de investigar. Y lo mismo vale para enfermedades masivas como el cáncer o la artrosis.
Como apoyo presentan el caso de la penicilina. Alexander Fleming, en lugar de patentarla la donó a la Humanidad. Dado que cualquiera podía fabricarla (disminuyendo su rentabilidad) nadie se molestó en hacerlo hasta que la Segunda Guerra Mundial lo hizo necesario.
Por otra parte, suspender las patentes no tendría ninguna ventaja de las que aporta el open source. Aún, cuando algún otro laboratorio encontrara una mejora en el proceso de elaboración o en el rendimiento no podría aplicarla. Tampoco va a poder aplicar lo aprendido en otros productos.
Lo curioso es que si el presidente Biden, Bill Gates y demás defensores de regalar el trabajo ajeno estuvieran verdaderamente interesados en hacer que las vacunas lleguen a todos, tienen un proyecto al que pueden apoyar.
Acerca del proyecto OpenVax y por qué es una alternativa mejor
OpenVax es un proyecto conjunto de la Open Source Pharma Foundation, la escuela de medicina de la Universidad de Harvard y el gobierno de la India para luchar contra el COVID-19 y otras pandemias mediante la modificación de vacunas existentes, de bajo costo y de probada eficacia con patentes ya vencidas. La iniciativa ya se encuentra haciendo pruebas en fase 3.
Los responsables del proyecto creen que pueden competir con los grandes laboratorios, pero sin tener que sacrificar el principio de equidad ya que ciertas vacunas en base a virus atenuados protegen contra una amplia gama de patógenos, en base a lo que se llama “inmunidad innata entrenada”
Las ventajas de utilizar vacunas ya conocidas y sin patente, en comparación de las creadas y patentadas específicamente para el COVID son:
- Menor tiempo de desarrollo: Solo deben hacerse pruebas de su efectividad para prevenir el COVID, el resto de los pasos de homologación ya se hicieron.
- Más seguras: Al estar un largo tiempo entre nosotros ya sabemos si tienen efectos adversos. Esto hace más probable que la gente se la quiera poner.
- Más eficacia a largo plazo: Estas vacunas buscan entrenar el sistema inmunológico a responder a una amenaza en general y no a un virus en particular por lo que probablemente no requerirán una revacunación en caso de mutaciones.
- Costos: Al tratarse de vacunas ya conocidas y sin patentes, su costo de producción y adquisición será más bajo.
- Mejor uso de los fondos públicos: En lugar de transferir fondos a un laboratorio extranjero, los gobiernos pueden fomentar su industria farmacéutica local.
El proyecto cuenta con una financiación de 10 millones de dólares. Esto parece ser suficiente para las pruebas y la infraestructura de vacunas individuales y combinadas hasta el final de los ensayos de fase 3 y, si se encuentra una que sirva, hasta la fabricación y comenzar la distribución. De todas formas, aceptan donaciones ya que cada ensayo cuesta un mínimo de 500 mil dólares.
Sin dar lugar a teorías conspirativas irresponsables, lo cierto es que cuando esta pandemia pase, la Organización Mundial de la Salud y los distintos gobiernos van a tener que responder a sus ciudadanos por la tardía e ineficiente gestión de la pandemia y por qué en la era del Big Data recurrieron a medidas medievales como el confinamiento masivo. En otro artículo escribí como las herramientas de código abierto ayudaban a combatir las falsas noticias y la eliminación de derechos en base al miedo.
También habrá que reformular a la profesión médica y a la industria farmacéutica. Y, no tengo dudas que la aplicación de los principios del código abierto constituye una mejor alternativa que medidas populistas que, de llevarse a cabo, generaran indemnizaciones que terminaremos pagando los contribuyentes.